El análisis de las proteínas de la sangre sirve para detectar enfermedades como las cardiovasculares y el cáncer. Hasta el momento, los resultados no se obtenían hasta al cabo de unas horas, se utilizaban entre diez y quince mililítros de sangre y podían costar hasta 400 euros en Estados Unidos. Ahora bastará una gota y diez minutos para conseguir la información.

Tradicionalmente, las proteínas de la sangre se separan de los otros elementos mediante un proceso de centrifugado. En este nuevo método, la gota de sangre se introduce en un canal que se ramifica en otros más estrechos. Aquí se excluyen las células sanguíneas para admitir el plasma, y se introducen anticuerpos de proteínas fluorescentes rojas. Gracias a un microscopio fluorescente que mide la cantidad de la luz, se puede obtener la concentración de proteínas en sangre y determinar si existe alguna enfermedad importante.
Como la sangre de tiburón, el nuevo microchip puede contribuir notablemente al diagnóstico precoz del cáncer y puede llegar a frenar esta enfermedad, cuyo pronóstico de curación es cada vez más elevado.
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